martes, 12 de julio de 2011

Cuba: una historia real


A la hora exacta de la cita, se acerca con paso seguro, su cabello empieza a delatar el tiempo y en su rostro empiezan a marcarse sus experiencias. Protegeré su identidad, la llamaré María; esta sí es una historia real, se trata de la vida de una cubana que cuando apenas tenía 9 años logró salir del cementerio de la libertad.
No conozco Cuba, mis padres si han estado ahí, pero me decidí a conversar con varios cubanos y escuchar de sus propios labios la historia de lo que ocurre tras los muros de la opresión castrista.
María empezó a responder cada una de mis dudas, las libretas, la comida, la vestimenta, no pude ocultar mi asombro al escuchar cosas como las niñas de 12 años que se prostituían a extranjeros para poder llevar algo de dinero a sus hogares.
Cuando era aún una niña, el 31 de diciembre de 1965, mientras su madre preparaba "puerco con frijoles negros" para celebrar el nuevo año, varios militares uniformados a bordo de 2 motocicletas irrumpieron en su hogar y les dieron un plazo de 30 minutos para abandonar la isla. En ese entonces existía la posibilidad de ser "pedidos" por un familiar residente en el extranjero, la hermana de María vivía en Miami y había pedido el reencuentro familiar.
Los sujetos armados entraron a saquear la vivienda de María, ella a su corta edad no comprendía lo que pasaba, unos sujetos con uniforme se robaban todo lo que había dentro incluyendo la cena que había preparado su madre. Con la misma ropa que tenía al momento de la irrupción y sin poder recoger sus cosas para viajar a Miami, tuvo que salir junto a su familia. La niña con lágrimas en sus ojos pidió a los guardias que le permitan despedirse de su amada abuela, luego de la tortura de rogarles a los sujetos, pudo abrazarla por última vez.
Al llegar al aeropuerto uno de los guardias de migración mientras rompía cruelmente el pasaporte de la pequeña María, le decía: "tu ya no tienes patria". Todo esto había ocurrido en muy poco tiempo, era el último día del año y estaba sufriendo todas estas humillaciones, el precio que entonces le ponían a la libertad.
Llegó a Miami, los pusieron en cuarentena, inició una nueva vida. Se enamoró y se casó, por coincidencias llegó a Ecuador donde hoy vive muy feliz, esperando poder pronto conocer en vida, al igual que yo, a Cuba libre.
El embargo no es una forma efectiva de castigar a Fidel, esta medida solo afecta a los cubanos e incrementa el dolor de sus tan dolorosas vidas. Sueños rotos, ilusiones que no van a ningún lugar. Gritos que callan las escopetas, esperanzas que duermen en la cama del olvido.
Rebeldía encarcelada, voces levantadas que hoy descansan en tumbas empolvadas. Anhelos de libertad que en intentos quedaron y las botas eliminaron.
Isla de historias silenciadas, hay tanto que ahí sienten, dicen y hacen que pocos saben, pocos se enteran. No escuchan al inconforme, lo humillan, lo callan, lo callan para siempre. Doña "Libertad de expresión" ya tiene casi media década dormida, intentan despertarla del sueño profundo.
María ya vivió lo que ustedes y yo empezamos a sufrir y conoce muy bien a donde vamos. Al despedirnos, me dijo ante lo que ocurre estos días: Cesar, lo peor que les puede pasar es tener miedo. Seguiré, sin miedo. Te abrazo María y abrazo tu historia.

1 comentario:

  1. Y eso que esta es alegre comparada con otras que yo conozco, esas te hacen llorar.

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